Yo leo la vida como si fuera un jazz sempiterno: todo
elemento que compone este universo es para mí una nota musical a la espera de
ser descubierta por un clarinete nostálgico, una trompeta ensordecedora, un
saxofón embrujador; veo toda la historia de la humanidad como un Si tu vois ma
mere en slowmotion, un fútil dialogo de instrumentos con el único y frívolo
propósito de divertir a ese, que vaya uno a saber si realmente existe.